Quantcast
Channel: Críticas cinéfilas – Making Of E-zine
Viewing all articles
Browse latest Browse all 14

El Puente de los Espías: Hombres de Gris

$
0
0

Pocos periodos históricos han sido tan productivos para el género negro como la guerra fría (con permiso de la década en la que se creó). Un mundo dividido en dos bloques cuyos ideales chocaron frontalmente y que jugaban con el mundo y sus habitantes como si fuese un tablero de ajedrez, pero si la valentía necesaria para provocar un conflicto directo que pusiese fin al enemigo.  Sin lugar a dudas, una de las fichas más importantes del momento eran los espías.

La información es poder. La lucha por el conocimiento de los próximos movimientos del enemigo para anticiparse, impedirlos o remar en la dirección contraria fue uno de los objetivos. Y, al menos para el cine este es, sin lugar a dudas, el momento histórico para contar historias de operaciones encubiertas, de hermetismo y de conspiraciones. La ingente cantidad de producciones ambientadas en este arco y que todavía siga resultando interesante indica que tal vez sea un marco sociopolítico inagotable.

Spielberg nos traslada a este periodo con un clasicismo completamente impecable. A través de los ojos de Donovan  presenciamos buena parte de peripecias escritas por Matt Charman y los hermanos Coen (adaptados perfectamente a una narración ajena a la propia de los autores). El guion, a pesar de lo mencionado, condensa varias películas en una (comienza siendo un drama judicial y durante el desarrollo de la trama el subgénero e, incluso, el tono va mutando). Pero lo que sí que está presente en todos los planos es Spielberg.

Steven Spielberg, ese narrador de relatos en lo que siempre hay visión optimista, idealizada e, incluso, en ocasiones excesivamente emocional, en la opinión de quien escribe estas líneas. En su puesta en escena de este autor, salvo contadas ocasiones, prima la narración de la historia, sin fisuras.

En esta ocasión, nos regala la que sea una de las mejores obras que ha realizado jamás. Demuestra un conocimiento sublime y envidiable de las posiblidades narrativas del lenguaje. Spielberg quiere contar una buena historia y pone todos los recursos disponibles para llevar a cabo esa finalidad, no le interesa que su nombre destaque por encima de todo (aunque es inevitable que se haya convertido en una marca y que firme lo que firme moverá millones) ni llevar a cabo juegos vanguardistas, modernos ni posmodernos, tan habituales en el cine actual, heredero de ese noventero movimiento, donde el autor y su visión de lo que quiera exponer prima por encima de los demás (en mayor o menor medida).

Aún así, no hay que menospreciar a Spielberg. Su magistral, ejemplar, intachable, misterioso y sin diálogo es una demostración de las capacidades del director de Cincinatti. Con ello conocemos ya todos los aspectos necesarios de la película para que arranque y ya ha logrado nuestro interés como espectadores para todo el viaje. La joya de la corona de toda la película.

La película muestra cierta contención frente a otras películas del director, acorde a que la ubicación histórica en la que estamos. La ambientación es simplemente perfecta y reinan los tonos grises, donde los toques de color más llamativos son escasos. Spielberg se atreve a narrarnos la historia del U2 (¿El hecho de que forme parte del reparto la hija de Bono es alguna clase de juego referencial?) o la construcción del muro de Berlín. Y lo realiza de una forma respetuosa aunque, tal vez, algo parcial.

Tom Hanks vuelve a dar vida al héroe no intencional. A alguien que se ve arrastrado a una serie de circunstancias que le resultas completamente impropias y que las soluciona del modo más noble posible. Hanks se ha especializado en una serie de papeles y este está en esa línea. Hanks, de nuevo, da una gran interpretación, pero tampoco resulta especialmente meritorio si atendemos a su recorrido. No es de extrañar que se le idolatre como uno el actor favorito de América, ya que representa en sus papeles todo lo bueno del país, o como debería ser. Tal vez debería probar de salir de su zona de confort.

Sin embargo, aquí el actor que se luce tiene nombre propio: Mark Rylance, con un secundario que, personalmente, me ha resultado más complejo que el protagonista. Es una interpretación que Rylance humaniza con una sensibilidad y  una interpretación muy delicada, elegante y sutil. Rylance aporta muchos matices que, con otro actor, tal vez sería un personaje olvidable.

En un principio, El puente de los espías no parte como favorita, ni creo que vaya alzarse (ni debería teniendo en cuenta que compite con esa obra maestra llamada Mad Max: Furia en la Carretera). Pero tampoco le resulta necesario. Spielberg es un director veterano cuyas capacidades ya están más que contrastadas, no necesita ningún premio que lo revalide. La película es una obra que funciona por sí misma como reivindicación del poder de las convenciones. Como representante Spielberg nos ha dado una de las películas más depuradas y maravillosas de sus últimos trabajos. Está viviendo un periodo de madurez y está realizando trabajos dignos de estudio. Y eso está más allá de cualquier reconocimiento.

The post El Puente de los Espías: Hombres de Gris appeared first on Making Of E-zine.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 14

Trending Articles